¿Qué es Bravecto® y contra qué protege?

El principal alimento de las pulgas es la sangre. Esta pérdida constante de sangre puede llevar a cualquier animal a desarrollar anemia, principalmente en los cachorros, perros con alguna otra enfermedad, perros de raza pequeña y también perros adultos mayores (geriátricos).

Al alimentarse, la saliva de la pulga entra en contacto con la piel. Los componentes de la saliva desencadenan una reacción alérgica intensa caracterizada por inflamación, prurito y enrojecimiento.

Este parásito genera problemas en el tracto gastrointestinal, caracterizado por una disminución de peso aún cuando el animal tiene más apetito de lo habitual, diarrea, fatiga, decaimiento, entre otros.

El principal alimento de las pulgas es la sangre. Esta pérdida constante de sangre puede llevar a cualquier animal a desarrollar anemia, principalmente en los más pequeños, gatos con alguna enfermedad concomitante, gatos de raza pequeña y también gatos adultos mayores (geriátricos).

La picadura de la pulga produce un prurito intenso. Para solucionarlo, el gato buscará lamerse, morderse, rascarse o frotarse con la lengua, los dientes, los miembros o algunos objetos.

La Bartonella henselae es la responsable de la enfermedad del “arañazo del gato”, que se puede transmitir a estos a través de la ingestión de la pulga o las heces durante el acicalamiento.


Es causada por parásitos protozoarios del género Babesia, que infectan los glóbulos rojos. La babesiosis afecta a una amplia gama de animales domésticos y silvestres y, en ocasiones, a las personas. Los signos de la infección pueden variar desde una enfermedad leve que pasa deprisa a una enfermedad grave que produce la muerte rápidamente. En algunos casos, el parásito causa una enfermedad a largo plazo con anemia grave y progresiva como signo principal. La babesiosis puede confundirse con otras enfermedades que causan fiebre, anemia, destrucción de los glóbulos rojos, ictericia u orina roja. 

Es una enfermedad transmitida por garrapatas que infecta las células sanguíneas y puede causar una variedad de signos, desde ninguno a fiebre y dolor generalizado, hasta posiblemente la muerte. Varias especies de bacterias causan ehrlichiosis, y algunas de las especies infectan tanto a seres humanos como a los perros y gatos. 

Este microorganismo destruye las células sanguíneas y produce signos como fiebre, debilidad, pérdida del apetito, palidez de las encías e, incluso, puede llevar a la muerte cuando no se trata a tiempo.

Es causada por parásitos protozoarios del género Babesia, que infectan a los glóbulos rojos. La babesiosis afecta a una amplia gama de animales domésticos y silvestres, y ocasionalmente a los humanos. Se ha descrito una enfermedad de gravedad variable debida a Babesia felis en gatos domésticos al sur de África; sin embargo, también se han descrito casos intermitentes causados por otras especies de Babesia en otras regiones. 

Es una enfermedad transmitida por garrapatas que infecta las células sanguíneas. En gatos es relativamente poco común en comparación con los perros, y los gatos infectados pueden no mostrar síntomas clínicos o presentar síntomas leves y no específicos como letargo, fiebre intermitente, pérdida del apetito, pérdida de peso y problemas respiratorios. 

Son parásitos de los glóbulos rojos que pueden causar anemia de leve a grave. En general, las infecciones no muestran signos en adultos sanos, pero pueden causar anemia grave en animales con el sistema inmunitario deteriorado u otras enfermedades como el virus de la leucemia felina. 

Los ácaros que causan la demodicosis canina viven en pequeñas cantidades en los folículos pilosos y las glándulas sebáceas de todos los perros. Esto es normal y no causa signos de enfermedad. Se sospecha que la supresión de la respuesta inmunitaria a estos ácaros puede desempeñar un papel importante. Hay dos formas clínicas de demodicosis canina: localizada (limitada a un área pequeña) y generalizada (encontrada en todo el cuerpo). La demodicosis localizada se suele observar en perros de menos de 1 año de edad. La forma generalizada se puede presentar en perros jóvenes o en adultos (inicio adulto). 

Esta forma de sarna está causada por los ácaros Otodectes cynotis. Estos ácaros a menudo infestan el oído externo, lo que causa inflamación del canal auditivo en los perros y especialmente en los gatos. Los ácaros del oído se suelen encontrar en la profundidad del conducto auditivo externo, pero a veces se ven sobre el cuerpo. El animal infestado sacudirá la cabeza y se rascará las orejas. En los perros con orejas normalmente erguidas, la parte externa de la oreja puede caer. La intensidad del picor varía y puede ser intensa. En los casos graves, el oído externo puede estar inflamado y producir pus; también es posible que se desgarre el tímpano. 

Causada por el ácaro Sarcoptes scabiei variedad canis. Aunque se produce con mayor frecuencia en perros, puede presentarse en gatos y en humanos que entran en contacto con perros infestados. Por lo general, las lesiones provocadas por el prurito intenso aparecen primero en el abdomen, tórax, orejas, codos y patas. Si la sarna no se diagnostica ni se trata, las lesiones pueden extenderse por todo el cuerpo. 

La demodicosis es causada por los ácaros Demodex. Dos especies de estos ácaros pueden producir demodicosis: Demodex cati y Demodex gatoi. Estos ácaros no suelen molestar a su hospedador, pero pueden causar demodicosis en gatos que sufren otra enfermedad. La demodicosis puede limitarse a una o varias áreas de la cabeza y el cuello, donde causa pérdida de pelo, o puede extenderse por todo el cuerpo. Cuando la demodicosis es lo suficientemente grave como para afectar a todo el cuerpo, produce costras y úlceras llenas de líquido, además de pérdida de pelo. 

Los ácaros Cheyletiella blakei son la causa más común de caspa andante en gatos. (La caspa que se ve “caminando” son en realidad los ácaros que se mueven sobre la piel del gato.) Los caros Cheyletiella son muy contagiosos. La descamación de la piel y la infestación a lo largo del lomo son signos frecuentes. Algunos gatos pueden no mostrar signos de infestación, pero son portadores de los ácaros y los transmiten a otras mascotas y a los humanos. 

La sarna del oído es causada por el ácaro Otodectes cynotis. Estos ácaros a menudo infestan el oído externo, causando inflamación del canal auditivo. Aunque la sarna del oído se produce en perros, es especialmente común en gatos. El animal infestado sacudirá la cabeza y se rascará las orejas. La intensidad del picor varía, pero puede ser grave. En los casos graves, el oído externo puede estar inflamado y producir pus; también es posible que se desgarre el tímpano.